SEMANA 5
MODELO LÓGICO
VIII Diseño lógico de bases de datos
En este capítulo se describen los pasos para llevar a cabo el diseño lógico. Ya que aquí se trata el diseño de bases de datos relacionales, en esta etapa se obtiene un conjunto de relaciones (tablas) que representen los datos de interés. Este conjunto de relaciones se valida mediante la normalización, técnica que se estudia al final del capítulo.
Introducción
El objetivo del diseño lógico es convertir los esquemas conceptuales locales en un esquema lógico global que se ajuste al modelo de SGBD sobre el que se vaya a implementar el sistema. Mientras que el objetivo fundamental del diseño conceptual es la compleción y expresividad de los esquemas conceptuales locales, el objetivo del diseño lógico es obtener una representación que use, del modo más eficiente posible, los recursos que el modelo de SGBD posee para estructurar los datos y para modelar las restricciones
Los modelos de bases de datos más extendidos son el modelo relacional, el modelo de red y el modelo jerárquico. El modelo orientado a objetos es también muy popular, pero no existe un modelo estándar orientado a objetos.
El modelo relacional (y los modelos previos) carecen de ciertos rasgos de abstracción que se usan en los modelos conceptuales. Por lo tanto, un primer paso en la fase del diseño lógico consistirá en la conversión de esos mecanismos de representación de alto nivel en términos de las estructuras de bajo nivel disponibles en el modelo relacional.
Metodología de diseño lógico en el modelo relacional
La metodología que se va a seguir para el diseño lógico en el modelo relacional consta de dos fases, cada una de ellas compuesta por varios pasos que se detallan a continuación.
· Construir y validar los esquemas lógicos locales para cada vista de usuario.
1. Convertir los esquemas conceptuales locales en esquemas lógicos locales.
2. Derivar un conjunto de relaciones (tablas) para cada esquema lógico local.
3. Validar cada esquema mediante la normalización.
4. Validar cada esquema frente a las transacciones del usuario.
5. Dibujar el diagrama entidad-relación.
6. Definir las restricciones de integridad.
7. Revisar cada esquema lógico local con el usuario correspondiente.
· Construir y validar el esquema lógico global.
8. Mezclar los esquemas lógicos locales en un esquema lógico global.
9. Validar el esquema lógico global.
10. Estudiar el crecimiento futuro.
11. Dibujar el diagrama entidad-relación final.
12. Revisar el esquema lógico global con los usuarios.
En la primera fase, se construyen los esquemas lógicos locales para cada vista de usuario y se validan. En esta fase se refinan los esquemas conceptuales creados durante el diseño conceptual, eliminando las estructuras de datos que no se pueden implementar de manera directa sobre el modelo que soporta el SGBD, en el caso que nos ocupa, el modelo relacional. Una vez hecho esto, se obtiene un primer esquema lógico que se valida mediante la normalización y frente a las transacciones que el sistema debe llevar a cabo, tal y como se refleja en las especificaciones de requisitos de usuario. El esquema lógico ya validado se puede utilizar como base para el desarrollo de prototipos. Una vez finalizada esta fase, se dispone de un esquema lógico para cada vista de usuario que es correcto, comprensible y sin ambigüedad.
1. Convertir los esquemas conceptuales locales en esquemas lógicos locales
En este paso, se eliminan de cada esquema conceptual las estructuras de datos que los sistemas relacionales no modelan directamente:
(a)
Eliminar las relaciones de muchos a muchos, sustituyendo cada una de ellas por una nueva entidad intermedia y dos relaciones de uno a muchos de esta nueva entidad con las entidades originales. La nueva entidad será débil, ya que sus ocurrencias dependen de la existencia de ocurrencias en las entidades originales.
(b)
Eliminar las relaciones entre tres o más entidades, sustituyendo cada una de ellas por una nueva entidad (débil) intermedia que se relaciona con cada una de las entidades originales. La cardinalidad de estas nuevas relaciones binarias dependerá de su significado.
(c)
Eliminar las relaciones recursivas, sustituyendo cada una de ellas por una nueva entidad (débil) y dos relaciones binarias de esta nueva entidad con la entidad original. La cardinalidad de estas relaciones dependerá de su significado.
(d)
Eliminar las relaciones con atributos, sustituyendo cada una de ellas por una nueva entidad (débil) y las relaciones binarias correspondientes de esta nueva entidad con las entidades originales. La cardinalidad de estas relaciones dependerá del tipo de la relación original y de su significado.
(e)
Eliminar los atributos multievaluados, sustituyendo cada uno de ellos por una nueva entidad (débil) y una relación binaria de uno a muchos con la entidad original.
(f)
Revisar las relaciones de uno a uno, ya que es posible que se hayan identificado dos entidades que representen el mismo objeto (sinónimos). Si así fuera, ambas entidades deben integrarse en una sola.
(g)
Eliminar las relaciones redundantes. Una relación es redundante cuando se puede obtener la misma información que ella aporta mediante otras relaciones. El hecho de que haya dos caminos diferentes entre dos entidades no implica que uno de los caminos corresponda a una relación redundante, eso dependerá del significado de cada relación.
Una vez finalizado este paso, es más correcto referirse a los esquemas conceptuales locales refinados como esquemas lógicos locales, ya que se adaptan al modelo de base de datos que soporta el SGBD escogido.
2. Derivar un conjunto de relaciones (tablas) para cada esquema lógico local
En este paso, se obtiene un conjunto de relaciones (tablas) para cada uno de los esquemas lógicos locales en donde se representen las entidades y relaciones entre entidades, que se describen en cada una de las vistas que los usuarios tienen de la empresa. Cada relación de la base de datos tendrá un nombre, y el nombre de sus atributos aparecerá, a continuación, entre paréntesis. El atributo o atributos que forman la clave primaria se subrayan. Las claves ajenas, mecanismo que se utiliza para representar las relaciones entre entidades en el modelo relacional, se especifican aparte indicando la relación (tabla) a la que hacen referencia.
A continuación, se describe cómo las relaciones (tablas) del modelo relacional representan las entidades y relaciones que pueden aparecer en los esquemas lógicos.
(a)
Entidades fuertes. Crear una relación para cada entidad fuerte que incluya todos sus atributos simples. De los atributos compuestos incluir sólo sus componentes.
Cada uno de los identificadores de la entidad será una clave candidata. De entre las claves candidatas hay que escoger la clave primaria; el resto serán claves alternativas. Para escoger la clave primaria entre las claves candidatas se pueden seguir estas indicaciones:
· Escoger la clave candidata que tenga menos atributos.
· Escoger la clave candidata cuyos valores no tengan probabilidad de cambiar en el futuro.
· Escoger la clave candidata cuyos valores no tengan probabilidad de perder la unicidad en el futuro.
· Escoger la clave candidata con el mínimo número de caracteres (si es de tipo texto).
· Escoger la clave candidata más fácil de utilizar desde el punto de vista de los usuarios.
(b)
Entidades débiles. Crear una relación para cada entidad débil incluyendo todos sus atributos simples. De los atributos compuestos incluir sólo sus componentes. Añadir una clave ajena a la entidad de la que depende. Para ello, se incluye la clave primaria de la relación que representa a la entidad padre en la nueva relación creada para la entidad débil. A continuación, determinar la clave primaria de la nueva relación.
(c)
Relaciones binarias de uno a uno. Para cada relación binaria se incluyen los atributos de la clave primaria de la entidad padre en la relación (tabla) que representa a la entidad hijo, para actuar como una clave ajena. La entidad hijo es la que participa de forma total (obligatoria) en la relación, mientras que la entidad padre es la que participa de forma parcial (opcional). Si las dos entidades participan de forma total o parcial en la relación, la elección de padre e hijo es arbitraria. Además, en caso de que ambas entidades participen de forma total en la relación, se tiene la opción de integrar las dos entidades en una sola relación (tabla). Esto se suele hacer si una de las entidades no participa en ninguna otra relación.
(d)
Relaciones binarias de uno a muchos. Como en las relaciones de uno a uno, se incluyen los atributos de la clave primaria de la entidad padre en la relación (tabla) que representa a la entidad hijo, para actuar como una clave ajena. Pero ahora, la entidad padre es la de "la parte del muchos" (cada padre tiene muchos hijos), mientras que la entidad hijo es la de "la parte del uno" (cada hijo tiene un solo padre).
(e)
Jerarquías de generalización. En las jerarquías, se denomina entidad padre a la entidad genérica y entidades hijo a las subentidades. Hay tres opciones distintas para representar las jerarquías. La elección de la más adecuada se hará en función de su tipo (total/parcial, exclusiva/superpuesta).
1. Crear una relación por cada entidad. Las relaciones de las entidades hijo heredan como clave primaria la de la entidad padre. Por lo tanto, la clave primaria de las entidades hijo es también una clave ajena al padre. Esta opción sirve para cualquier tipo de jerarquía, total o parcial y exclusiva o superpuesta.
2. Crear una relación por cada entidad hijo, heredando los atributos de la entidad padre. Esta opción sólo sirve para jerarquías totales y exclusivas.
3. Integrar todas las entidades en una relación, incluyendo en ella los atributos de la entidad padre, los atributos de todos los hijos y un atributo discriminativo para indicar el caso al cual pertenece la entidad en consideración. Esta opción sirve para cualquier tipo de jerarquía. Si la jerarquía es superpuesta, el atributo discriminativo será multievaluado.
Una vez obtenidas las relaciones con sus atributos, claves primarias y claves ajenas, sólo queda actualizar el diccionario de datos con los nuevos atributos que se hayan identificado en este paso.
3. Validar cada esquema mediante la normalización
La normalización se utiliza para mejorar el esquema lógico, de modo que satisfaga ciertas restricciones que eviten la duplicidad de datos. La normalización garantiza que el esquema resultante se encuentra más próximo al modelo de la empresa, que es consistente y que tiene la mínima redundancia y la máxima estabilidad.
La normalización es un proceso que permite decidir a qué entidad pertenece cada atributo. Uno de los conceptos básicos del modelo relacional es que los atributos se agrupan en relaciones (tablas) porque están relacionados a nivel lógico. En la mayoría de las ocasiones, una base de datos normalizada no proporciona la máxima eficiencia, sin embargo, el objetivo ahora es conseguir una base de datos normalizada por las siguientes razones:
· Un esquema normalizado organiza los datos de acuerdo a sus dependencias funcionales, es decir, de acuerdo a sus relaciones lógicas.
· El esquema lógico no tiene porqué ser el esquema final. Debe representar lo que el diseñador entiende sobre la naturaleza y el significado de los datos de la empresa. Si se establecen unos objetivos en cuanto a prestaciones, el diseño físico cambiará el esquema lógico de modo adecuado. Una posibilidad es que algunas relaciones normalizadas se des normalicen. Pero la des normalización no implica que se haya malgastado tiempo normalizando, ya que mediante este proceso el diseñador aprende más sobre el significado de los datos. De hecho, la normalización obliga a entender completamente cada uno de los atributos que se han de representar en la base de datos.
· Un esquema normalizado es robusto y carece de redundancias, por lo que está libre de ciertas anomalías que éstas pueden provocar cuando se actualiza la base de datos.
· Los equipos informáticos de hoy en día son mucho más potentes, por lo que en ocasiones es más razonable implementar bases de datos fáciles de manejar (las normalizadas), a costa de un tiempo adicional de proceso.
· La normalización produce bases de datos con esquemas flexibles que pueden extenderse con facilidad.
El objetivo de este paso es obtener un conjunto de relaciones que se encuentren en la forma normal de Boyce-Codd. Para ello, hay que pasar por la primera, segunda y tercera formas normales.
4. Validar cada esquema frente a las transacciones del usuario
El objetivo de este paso es validar cada esquema lógico local para garantizar que puede soportar las transacciones requeridas por los correspondientes usuarios. Estas transacciones se encontrarán en las especificaciones de requisitos de usuario. Lo que se debe hacer es tratar de realizar las transacciones de forma manual utilizando el diagrama entidad-relación, el diccionario de datos y las conexiones que establecen las claves ajenas de las relaciones (tablas). Si todas las transacciones se pueden realizar, el esquema queda validado. Pero si alguna transacción no se puede realizar, seguramente será porque alguna entidad, relación o atributo no se ha incluido en el esquema.
5. Dibujar el diagrama entidad-relación
En este momento, se puede dibujar el diagrama entidad-relación final para cada vista de usuario que recoja la representación lógica de los datos desde su punto de vista. Este diagrama habrá sido validado mediante la normalización y frente a las transacciones de los usuarios.
6. Definir las restricciones de integridad
Las restricciones de integridad son reglas que se quieren imponer para proteger la base de datos, de modo que no pueda llegar a un estado inconsistente. Hay cinco tipos de restricciones de integridad.
(a)
Datos requeridos. Algunos atributos deben contener valores en todo momento, es decir, no admiten nulos.
(b)
Restricciones de dominios. Todos los atributos tienen un dominio asociado, que es el conjunto los valores que cada atributo puede tomar.
(c)
Integridad de entidades. El identificador de una entidad no puede ser nulo, por lo tanto, las claves primarias de las relaciones (tablas) no admiten nulos.
(d)
Integridad referencial. Una clave ajena enlaza cada tupla de la relación hijo con la dupla de la relación padre que tiene el mismo valor en su clave primaria. La integridad referencial dice que si una clave ajena tiene un valor (si es no nula), ese valor debe ser uno de los valores de la clave primaria a la que referencia. Hay varios aspectos a tener en cuenta sobre las claves ajenas para lograr que se cumpla la integridad referencial.
1. ¿Admite nulos la clave ajena? Cada clave ajena expresa una relación. Si la participación de la entidad hijo en la relación es total, entonces la clave ajena no admite nulos; si es parcial, la clave ajena debe aceptar nulos.
2. ¿Qué hacer cuando se quiere borrar una ocurrencia de la entidad padre que tiene algún hijo? O lo que es lo mismo, ¿qué hacer cuando se quiere borrar una dupla que está siendo referenciada por otra dupla a través de una clave ajena? Hay varias respuestas posibles:
o Restringir: no se pueden borrar duplas que están siendo referenciadas por otras duplas.
o Propagar: se borra la tupla deseada y se propaga el borrado a todas las tuplas que le hacen referencia.
o Anular: se borra la tupla deseada y todas las referencias que tenía se ponen, automáticamente, a nulo (esta respuesta sólo es válida si la clave ajena acepta nulos).
O Valor por defecto: se borra la tupla deseada y todas las referencias toman, automáticamente, el valor por defecto (esta respuesta sólo es válida si se ha especificado un valor por defecto para la clave ajena).
O No comprobar: se borra la tupla deseada y no se hace nada para garantizar que se sigue cumpliendo la integridad referencial.
3. ¿Qué hacer cuando se quiere modificar la clave primaria de una tupla que está siendo referenciada por otra tupla a través de una clave ajena? Las respuestas posibles son las mismas que en el caso anterior. Cuando se escoge propagar, se actualiza la clave primaria en la tupla deseada y se propaga el cambio a los valores de clave ajena que le hacían referencia.
(e)
Reglas de negocio. Cualquier operación que se realice sobre los datos debe cumplir las restricciones que impone el funcionamiento de la empresa.
Todas las restricciones de integridad establecidas en este paso se deben reflejar en el diccionario de datos para que puedan ser tenidas en cuenta durante la fase del diseño físico.
7. Revisar cada esquema lógico local con el usuario correspondiente
Para garantizar que cada esquema lógico local es una fiel representación de la vista del usuario lo que se debe hacer es comprobar con él que lo reflejado en el esquema y en la documentación es correcto y está completo.
Relación entre el esquema lógico y los diagramas de flujo de datos
El esquema lógico refleja la estructura de los datos a almacenar que maneja la empresa. Un diagrama de flujo de datos muestra cómo se mueven los datos en la empresa y los almacenes en donde se guardan. Si se han utilizado diagramas de flujo de datos para modelar las especificaciones de requisitos de usuario, se pueden utilizar para comprobar la consistencia y completitud del esquema lógico desarrollado. Para ello:
· Cada almacén de datos debe corresponder con una o varias entidades completas.
· Los atributos en los flujos de datos deben corresponder a alguna entidad.
Los esquemas lógicos locales obtenidos hasta este momento se integrarán en un solo esquema lógico global en la siguiente fase para modelar los datos de toda la empresa.
8. Mezclar los esquemas lógicos locales en un esquema lógico global
En este paso, se deben integrar todos los esquemas locales en un solo esquema global. En un sistema pequeño, con dos o tres vistas de usuario y unas pocas entidades y relaciones, es relativamente sencillo comparar los esquemas locales, mezclarlos y resolver cualquier tipo de diferencia que pueda existir. Pero en los sistemas grandes, se debe seguir un proceso más sistemático para llevar a cabo este paso con éxito:
1. Revisar los nombres de las entidades y sus claves primarias.
2. Revisar los nombres de las relaciones.
3. Mezclar las entidades de las vistas locales.
4. Incluir (sin mezclar) las entidades que pertenecen a una sola vista de usuario.
5. Mezclar las relaciones de las vistas locales.
6. Incluir (sin mezclar) las relaciones que pertenecen a una sola vista de usuario.
7. Comprobar que no se ha omitido ninguna entidad ni relación.
8. Comprobar las claves ajenas.
9. Comprobar las restricciones de integridad.
10. Dibujar el esquema lógico global.
11. Actualizar la documentación.
9. Validar el esquema lógico global
Este proceso de validación se realiza, de nuevo, mediante la normalización y mediante la prueba frente a las transacciones de los usuarios. Pero ahora sólo hay que normalizar las relaciones que hayan cambiado al mezclar los esquemas lógicos locales y sólo hay que probar las transacciones que requieran acceso a áreas que hayan sufrido algún cambio.
10. Estudiar el crecimiento futuro
En este paso, se trata de comprobar que el esquema obtenido puede acomodar los futuros cambios en los requisitos con un impacto mínimo. Si el esquema lógico se puede extender fácilmente, cualquiera de los cambios previstos se podrá incorporar al mismo con un efecto mínimo sobre los usuarios existentes.
11. Dibujar el diagrama entidad-relación final
Una vez validado el esquema lógico global, ya se puede dibujar el diagrama entidad-relación que representa el modelo de los datos de la empresa que son de interés. La documentación que describe este modelo (incluyendo el esquema relacional y el diccionario de datos) se debe actualizar y completar.
12. Revisar el esquema lógico global con los usuarios
Una vez más, se debe revisar con los usuarios el esquema global y la documentación obtenida para asegurarse de que son una fiel representación de la empresa.
Normalización
La normalización es una técnica para diseñar la estructura lógica de los datos de un sistema de información en el modelo relacional, desarrollada por E. F. Cód. en 1972. Es una estrategia de diseño de abajo a arriba: se parte de los atributos y éstos se van agrupando en relaciones (tablas) según su afinidad. Aquí no se utilizará la normalización como una técnica de diseño de bases de datos, sino como una etapa posterior a la correspondencia entre el esquema conceptual y el esquema lógico, que elimine las dependencias entre atributos no deseadas. Las ventajas de la normalización son las siguientes:
· Evita anomalías en inserciones, modificaciones y borrados.
· Mejora la independencia de datos.
· No establece restricciones artificiales en la estructura de los datos.
Uno de los conceptos fundamentales en la normalización es el de dependencia funcional. Una dependencia funcional es una relación entre atributos de una misma relación (tabla). Si e son atributos de la relación, se dice que es funcionalmente dependiente de (se denota por) si cada valor de tiene asociado un solo valor de ( e pueden constar de uno o varios atributos). A se le denomina determinante, ya que determina el valor de . Se dice que el atributo es completamente dependiente de si depende funcionalmente de y no depende de ningún subconjunto.
La dependencia funcional es una noción semántica. Si hay o no dependencias funcionales entre atributos no lo determina una serie abstracta de reglas, sino, más bien, los modelos mentales del usuario y las reglas de negocio de la organización o empresa para la que se desarrolla el sistema de información. Cada dependencia funcional es una clase especial de regla de integridad y representa una relación de uno a muchos.
En el proceso de normalización se debe ir comprobando que cada relación (tabla) cumple una serie de reglas que se basan en la clave primaria y las dependencias funcionales. Cada regla que se cumple aumenta el grado de normalización. Si una regla no se cumple, la relación se debe descomponer en varias relaciones que sí la cumplan.
La normalización se lleva a cabo en una serie pasos. Cada paso corresponde a una forma normal que tiene unas propiedades. Conforme se va avanzando en la normalización, las relaciones tienen un formato más estricto (más fuerte) y, por lo tanto, son menos vulnerables a las anomalías de actualización. El modelo relacional sólo requiere un conjunto de relaciones en primera forma normal. Las restantes formas normales son opcionales. Sin embargo, para evitar las anomalías de actualización, es recomendable llegar al menos a la tercera forma normal.
Primera forma normal (1FN)
Una relación está en primera forma normal si, y sólo si, todos los dominios de la misma contienen valores atómicos, es decir, no hay grupos repetitivos. Si se ve la relación gráficamente como una tabla, estará en 1FN si tiene un solo valor en la intersección de cada fila con cada columna.
Si una relación no está en 1FN, hay que eliminar de ella los grupos repetitivos. Un grupo repetitivo será el atributo o grupo de atributos que tiene múltiples valores para cada tupla de la relación. Hay dos formas de eliminar los grupos repetitivos. En la primera, se repiten los atributos con un solo valor para cada valor del grupo repetitivo. De este modo, se introducen redundancias ya que se duplican valores, pero estas redundancias se eliminarán después mediante las restantes formas normales. La segunda forma de eliminar los grupos repetitivos consiste en poner cada uno de ellos en una relación aparte, heredando la clave primaria de la relación en la que se encontraban.
Un conjunto de relaciones se encuentra en 1FN si ninguna de ellas tiene grupos repetitivos.
Segunda forma normal (2FN)
Una relación está en segunda forma normal si, y sólo si, está en 1FN y, además, cada atributo que no está en la clave primaria es completamente dependiente de la clave primaria.
La 2FN se aplica a las relaciones que tienen claves primarias compuestas por dos o más atributos. Si una relación está en 1FN y su clave primaria es simple (tiene un solo atributo), entonces también está en 2FN. Las relaciones que no están en 2FN pueden sufrir anomalías cuando se realizan actualizaciones.
Para pasar una relación en 1FN a 2FN hay que eliminar las dependencias parciales de la clave primaria. Para ello, se eliminan los atributos que son funcionalmente dependientes y se ponen en una nueva relación con una copia de su determinante (los atributos de la clave primaria de los que dependen).
Tercera forma normal (3FN)
Una relación está en tercera forma normal si, y sólo si, está en 2FN y, además, cada atributo que no está en la clave primaria no depende transitivamente de la clave primaria. La dependencia es transitiva si existen las dependencias , , siendo , , atributos o conjuntos de atributos de una misma relación.
Aunque las relaciones en 2FN tienen menos redundancias que las relaciones en 1FN, todavía pueden sufrir anomalías frente a las actualizaciones. Para pasar una relación de 2FN a 3FN hay que eliminar las dependencias transitivas. Para ello, se eliminan los atributos que dependen transitivamente y se ponen en una nueva relación con una copia de su determinante (el atributo o atributos no clave de los que dependen).
Forma normal de Boyce-Codd (BCFN)
Una relación está en la forma normal de Boyce-Codd si, y sólo si, todo determinante es una clave candidata.
La 2FN y la 3FN eliminan las dependencias parciales y las dependencias transitivas de la clave primaria. Pero este tipo de dependencias todavía pueden existir sobre otras claves candidatas, si éstas existen. La BCFN es más fuerte que la 3FN, por lo tanto, toda relación en BCFN está en 3FN.
La violación de la BCFN es poco frecuente ya que se da bajo ciertas condiciones que raramente se presentan. Se debe comprobar si una relación viola la BCFN si tiene dos o más claves candidatas compuestas que tienen al menos un atributo en común.
Resumen
El diseño de bases de datos consta de tres etapas: diseño conceptual, lógico y físico. El diseño lógico es el proceso mediante el que se construye un esquema que representa la información que maneja una empresa, basándose en un modelo lógico determinado, pero independientemente del SGBD concreto que se vaya a utilizar para implementar la base de datos e independientemente de cualquier otra consideración física.
Las dos fases de que consta el diseño lógico son la construcción y validación de los esquemas lógicos locales para cada vista de usuario, y la construcción y validación de un esquema lógico global. Cada una de estas fases consta de una serie de pasos.
Un paso importante es la conversión del esquema conceptual a un esquema lógico adecuado al modelo relacional. Para ello, se deben hacer algunas transformaciones: eliminar las relaciones de muchos a muchos, eliminar las relaciones complejas, eliminar las relaciones recursivas, eliminar las relaciones con atributos, eliminar los atributos multievaluados, reconsiderar las relaciones de uno a uno y eliminar las relaciones redundantes.
Los esquemas lógicos se pueden validar mediante la normalización y frente a las transacciones de los usuarios. La normalización se utiliza para mejorar el esquema, de modo que éste satisface ciertas restricciones que evitan la duplicidad de datos. La normalización garantiza que el esquema resultante está más próximo al modelo de la empresa, es consistente, tiene la mínima redundancia y la máxima estabilidad.
Las restricciones de integridad son las restricciones que se imponen para que la base de datos nunca llegue a un estado inconsistente. Hay cinco tipos de restricciones de integridad: datos requeridos, restricciones de dominio, integridad de entidades, integridad referencial y reglas de negocio.
Para garantizar la integridad referencial se debe especificar el comportamiento de las claves ajenas: si aceptan nulos y qué hacer cuando se borra la tupla a la que se hace referencia, o cuando se modifica el valor de su clave primaria.
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